Existe un objetivo claro cuando una mujer entra a un baño:
dar a entender a todos que no conoce el olor a caño,
Que no hace falta Glade, ni fósforo, ni leño,
que adentro se vive un verdadero sueño.
Es que en la sociedad es muy fácil bajar de peldaño
si de pronto se da cuenta de que todo es un engaño.
Rajarían desde la sala de tu descuido y tu desdeño,
te imaginarían allá adentro poniéndole empeño.
Pero ¡qué horror! eso sería para tu imagen el peor daño,
saber que fuiste tú la que protagonizó el show del año.
Sería humillante salir y verles la risita y el ceño,
pensando todos que el sanitario te quedó pequeño.
Más indicado es mostrarte a tu amaño,
que la gente no piense nada raro ni extraño.
Que aunque tener necesidades es normal y viene de antaño,
no deja de ser penoso así seas un rico, un hippie o un ermitaño.