Soy una lectora,
de rostros, de sueños, de eventos.
El planeta está en constante movimiento.
Cada paso es una poesía,
cada palabra, la brújula y la guía.
Por donde voy
trato de aprender del camino,
a cualquiera yo me le arrimo.
Sin importar si es viejo,
si es rico o si es pobre,
nadie tiene el corazón de cobre.
Soy recolectora
de chistes, de sueños, de historias,
recicladora de memorias.
De cada palabra me alimento,
compartir la vida me devuelve el aliento,
la esperanza del otro es mi sustento.
Solo una lectora,
pues ni siquiera la escritora:
alguien o algo desde arriba
va poniendo mis pasos y mi saliva,
y me paro a cualquier hora, pensativa,
a pesar de mis muertes, sigo viva.