No me podía quedar con esto...
Tenía que hacerles homenaje a estas personas,
que por sus historias duras,
me hacen recordar lo admirable que es vivir.
Se ve por encima.
Es solo un ejército más.
Todos los soldados son iguales.
Y los ves de cerca y....
todos bajo esos cascos y ese escudo... sí.
Son iguales.
Y uno comete el error de creer que son iguales.
Pero no se da cuenta de que la verdadera batalla se libra por dentro.
Y que, aunque esa noche sean asesinados, fueron valientes.
Guerreros incansables,
que no sucumbieron a pesar de lo agreste del terreno.
La semana pasada conocí a una a la que violaron a los 10.
Y antes de eso a otra, hija de dos ilegales,
que se arriesgaron la vida - sin ninguna certeza - por un futuro mejor.
Y antes a otra, que abortó muy pequeña y tuvo que pasar por manicomio.
Y a otro al que le balearon su papá frente a sus ojos.
¡Qué historias!
¡Qué guerreros!
Y me digo: de verdad soy muy hija de papi y mami.
Pero, gracias a Dios, la vida me codea con historias reales,
que si no son vistas con cuidado y sutileza, puede llegarse a pensar
que son todos soldados iguales.